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MARCO TEÓRICO

En educación preescolar uno de los principales objetivos es desarrollar competencias  en los niños y niñas, además de integrar aprendizajes que le sean útil en su actuar cotidiano.  Se piensa  es la etapa en la que tienen curiosidad de aprender sobre su entorno y esto favorece que de alguna forma la información que se le proporcione le ayude a comprender su realidad.

Menciona la Secretaria de Educación Pública (SEP, 2011) que uno de  los propósitos educativos es centrar el trabajo en el desarrollo de competencias, lo cual implica formar niños, autónomos, creativos y participativos.

Asimismo cabe  mencionar que  en educación preescolar  se busca que los alumnos sean capaces de  formar sus propios conceptos y opiniones, es decir que sean  reflexivos, lo cual se logra con las estrategias que el docente implementa en el aula. El pensamiento reflexivo, según Dewey (1989) es un pensamiento que consiste en darle vueltas a un tema en la cabeza, tomárselo en serio y pensar en sus consecuencias.

Dewey (1989) explica que “la capacidad para educar el pensamiento  no se consigue simplemente mediante el conocimiento de las mejores formas de pensamiento”. Es decir,  que  no basta  con  tener conocimiento de todas  las formas de pensamiento para poder educarlo, sino  en las estrategias que se utilicen para promoverlo, ya que cada persona tiene su  forma de pensar.

El promover el pensamiento reflexivo en niños preescolares, se puede llevar a cabo mediante diversas estrategias o métodos que dependen  del docente, ya que es él  quien seleccionará el que más se adecue a las condiciones escolares. Ya que  como señala Choppi (2013) “Cuando se les proporciona a los alumnos oportunidades para pensar, cuando se acepta y discute su pensamiento, cuando se los apoya y se les muestra simpatía, los alumnos se sienten estimulados a pensar y suelen modificar su conducta” (p.9)

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